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[ AL FINAL LOS BUENOS SIEMPRE GANAN ]










Mi abuela decía que había que ser generoso en el amor: «tú me quieres, yo a ti más. Tú no me quieres, yo a ti menos.»

Llevo un tiempo sin escribir y ya era hora de de que mi Crew (que me pide a gritos publicaciones) tuviera algo para leer hoy en el descanso de la Champions…

Como a todo el mundo, a mí últimamente me han pasado muchas cosas. Pero me ha pasado una en especial. Una de esas que vale la pena dejar por escrito.

Mi madre tiene cáncer. Esto no es noticia. 

Lo que es noticia es lo que viene a continuación. Lo que es noticia es la cantidad de gente (médicos, enfermeras, profesoras, antiguas alumnas, amigos…) que quiere con locura a mi madre. 

En el hospital los demás pacientes y sus familias se acercaban a preguntarnos que quién era esa mujer, que si era famosa.

Y ya hemos perdido la cuenta en casa de todos los ramos de flores, bizcochos, flanes y hasta fuentes gigantes de arroz que nos trae gente que todos los días. (me encantaría poner foto de todos estos suculentos platos… pero alguno, no lo llegué yo ni a oler!)

GRACIAS. 

Gracias mamá por enseñarnos que ser buena persona tiene su recompensa. Que al final los buenos, siempre ganan. Y que los cínicos se quedan siempre solos.

Gracias mamá por enseñarnos que ser noble y leal a los demás vale la pena. Que las personas que de verdad te quieren te alaban a tus espaldas y te corrigen a la cara. 

Gracias mamá por enseñarnos a trabajar duro. Por enseñarnos que las cosas cuestan mucho esfuerzo. Y que si queremos algo y ponemos empeño, podemos conseguir cualquier cosa que queramos. Y que nadie, nunca tendrá el poder de desanimarnos.

Gracias mamá por reírte de todo. Por enseñarnos que nunca nada es tan malo como parece y que al final lo importante son muy pocas cosas.

Y, aunque parezca mentira, gracias cáncer. 

Gracias por poner en su sitio a prioridades y personas. Gracias por recordarnos que tenemos poco tiempo en la vida y que hay que dedicárselo a la gente que se lo merece. Gracias por enseñarnos una vez más lo grande que es Popoya. 

Para terminar gracias a todos los que nos regaláis un poquito de vuestro cariño a pesar de las prisas de la vida.

PD: De verdad que yo pienso que debería ser por ley obligatorio conocer a mi madre.